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¿Por qué las empresas deben pensar en estrategias de cadena de suministro que contribuyan con el medio ambiente?

El año pasado, pude observar que varias marcas internacionales anunciaban inversiones en investigación y desarrollo para adoptar la economía circular dentro de sus cadenas de suministro. Por ejemplo, Nestlé, identificado por el grupo activista Greenpeace como uno de los principales generadores de residuos plásticos, anunció la creación de un instituto de investigación para acelerar el desarrollo de empaques amigables para el medio ambiente y se fijó la meta de utilizar 100% de empaques reciclables para el 2025.

Otro caso importante fue Procter&Gamble. P&G se comprometió a utilizar plástico reciclado en sus envases de productos de limpieza, además de desarrollar procesos productivos y productos que reduzcan el uso de agua y energía, reduciendo también la huella de carbono de sus consumidores.

Nestlé y P&G no son las únicas marcas que anunciaron acciones en favor del medio ambiente, Danone, PepsiCo, H&M, Coca-Cola y Unilever, también expresaron su compromiso en este sentido con iniciativas para cambiar sus productos y procesos para contribuir con el medio ambiente.

Esta era la situación antes del inicio de la pandemia por el Covid-19. En este momento poco se escucha sobre estos temas. Tal vez porque las empresas están concentradas en atender los impactos económicos causados por la pandemia, en reiniciar sus operaciones con los nuevos protocolos de bioseguridad, en intentar ser rentables o minimizar las pérdidas, o en no desaparecer del mercado, lo cual es totalmente válido. El corto plazo aprieta.

¿Será este el inicio del fin de estas iniciativas relacionadas con los objetivos de desarrollo sostenible? ¿Dejarán de invertir en iniciativas de economía circular? ¿Desandaremos lo avanzado?

En mi búsqueda de respuestas, hace unos días tuve la oportunidad de conversar con Jacobo Escrivá de Romaní, Regional Corporate Manager Recycling Business Division en San Miguel Industrias PET S.A.(SMI). Me interesaba conocer cuáles habían sido los móviles de SMI para invertir en dos plantas de reciclado, una en Perú y otra en Colombia, cómo los estaba impactando el Covid-19 y cuáles son perspectivas futuras para la economía circular en el sector de envases.

SMI lleva 8 años reciclando plástico en Perú. Ha formado una cadena de reciclaje con centros de acopio propios priorizando la compra a pequeños y medianos recicladores, de esta manera tiene un impacto positivo directo en más familias y logra reciclar 22 toneladas métricas al año.

El proceso de crecimiento del negocio de plástico reciclado no ha sido fácil, se requiere una regulación con reglas de juego claras. Afortunadamente, la regulación está cambiando en favor del uso de material reciclado en la producción de envases (Ley N.º 30884, Ley que regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables. Ley N.º 27314, Ley General de Residuos Sólidos), sin embargo, estas medidas aún no son suficientes para promover la economía circular en mayor escala en nuestra industria.

En referencia a la situación actual, el desplome del precio del petróleo, ocurrido a partir del primer trimestre del 2020, ha generado que el material plástico virgen gane competitividad respecto al material reciclado. Esta situación puede impactar severamente la industria de material reciclado, debido a las empresas pueden priorizar el factor costo, de hecho, algunas lo hacen, sobre otros aspectos como el cuidado del medio ambiente.

Sin embargo; afortunadamente, empresas como Coca Cola, Backus y Arca Continental continúan utilizando material reciclado es sus botellas, continuando con las estrategias asumidas antes de la pandemia, según la información compartida por Jacobo Escrivá de Romaní de SMI.

Regresando a mis cuestionamientos sobre lo que podemos esperar en el mediano y largo plazo sobre el desarrollo de la economía circular en la cadena de suministro de las empresas, he encontrado varios estudios que coinciden en que esta tendencia continuará en la etapa postCovid-19, dos de los cuales comparto a continuación.

Edelman, acaba de realizar un estudio en 12 mercados sobre el papel crítico que se espera que jueguen las marcas durante la pandemia de coronavirus, completada el 26 de marzo. En el estudio, entrevistaron a 12,000 personas en Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Italia, Japón, Sur África, Corea del Sur, Reino Unido y EE. UU. De acuerdo con los resultados del estudio, el 81% de los entrevistados piensan que las marcas deben hacer las cosas correctas y este será un factor determinante en su decisión de compra.

Por otro lado, Euromonitor International, en un estudio reciente sobre cómo alinear los objetivos de sostenibilidad con las oportunidades de negocio, publicado en abril de este año, concluye que la sostenibilidad tiene un impacto positivo en el valor de la marca y que las empresas están tratando de reducir los riesgos de reputación y cumplir con las expectativas más ecológicas de los consumidores invirtiendo en iniciativas respetuosas con el medio ambiente.

Asimismo, el estudio menciona que a medida que más inversores tomen en serio la sostenibilidad, las empresas no tendrán otra alternativa que reconciliar dos áreas tradicionalmente vistas como opuestas: sostenibilidad y ganancias.

Es de esperar, entonces, que las iniciativas de las empresas para contribuir a los objetivos de desarrollo sostenible, las dirigidas específicamente a la protección del medio ambiente, continuarán como una respuesta de las empresas a las expectativas de sus consumidores.

Si bien es cierto que el Perú está unos pasos atrás respecto a estas tendencias mundiales, considero que las presiones de los consumidores por marcas con propósito que generen valor a la sociedad y que cuiden el medio ambiente, llegarán más temprano que tarde. Por esta razón, las empresas deben empezar cambiar sus estrategias de cadena de suministro y enfocarlas, incorporando conceptos de economía circular[i].

 


[i] La economía circular plantea un modelo económico y productivo caracterizado por la sostenibilidad y el ahorro de recursos y fuentes de energía. Los bienes se producen, se consumen, se reciclan, se producen y se vuelven a consumir, entrando en un ciclo de vida circular.

 

 Autor: Patricia Marañón MBA, Magíster en Gestión de Energía, Ingeniera Industrial Colegiada. Experta en Cadenas de suministro, con experiencia en los sectores de Energía, Oil&Gas, Industria y Consumo Masivo. Miembro del Comité de Desarrollo Sostenible de Women Ceo Perú.