Esta es la forma de explotación más aberrante que se viene dando en el mundo. Es la que prima a un menor de 14 años de educación, salud y estabilidad básica necesaria para su desarrollo; lo que es peor aún, es que un niño sometido a trabajo infantil (nótese que no es lo mismo con el empleo juvenil o el trabajo de estudiantes) bajo esta modalidad, se le retribuye poco o nada, lo exponen a pésimas condiciones laborables y muchas veces son alejados de sus familias. Significa privar de su infancia a un niño.
En el mundo, existen cerca de 168 millones de niños que trabajan y se estima que 85 millones lo hacen en forma peligrosa, concentrados básicamente en el Asia, si bien en América Latina se estima que existen unos 13 millones en esa condición. Se calcula que son aproximadamente 1millon de niños al año que sufren el tráfico de menores.
Según el Ministerio de Trabajo, uno de cuatro niños trabaja en el Perú (1’659,000), el 58.7% en zonas rurales. Las regiones que concentran mayor cantidad de trabajo infantil son Huancavelica, Puno, Huánuco, Amazonas y Pasco. De hecho, el trabajo infantil es obra de una decisión familiar que carece de recursos económicos, por lo que este problema tiene relación con la situación de pobreza y pobreza extrema que existe en nuestro país y en el mundo.
Las empresas pueden apoyar la erradicación del trabajo infantil, con alguna de las siguientes:
- Preguntando a sus proveedores de insumos, o de bienes y servicios en general, cuáles son sus procesos y bajo qué condiciones se obtienen los productos.
- Implementar en el ámbito de influencia de sus operaciones, programas de sostenibilidad que versen sobre alguna de las siguientes alternativas:
- Coordinar con los centros de educación local, el apoyo presupuestal que le permita brindar una oferta educativa alternativa para programas de alternancia y apoyo a los escolares (alojamiento, movilidad escolar);
- Generar alternativas para el aprovechamiento del tiempo libre de niños (reforzamiento escolar, actividades que incentiven el desarrollo de competencias)
- Desarrollo de proyectos productivos que responda a las necesidades locales y planteadas por la propia población, que logre incrementar el ingreso de las familias pobres con niños, niñas y adolescentes que trabajan o en riesgo de trabajar (a través de programas laborales).
Estas son algunas alternativas que forman parte, de la Estrategia Nacional para la prevención y erradicación del trabajo infantil en el Perú (2012- 2021) reconocido por el Ministerio de Trabajo.
Invertir en la infancia, es invertir en el desarrollo de la sociedad peruana.