Solo quien maneja apropiadamente la comunicación es capaz de compartir su visión estratégica y movilizar a las personas.
El rol de la comunicación en el liderazgo en entornos corporativos muchas veces es subestimado
en la ponderación de otras variables como visión estratégica y capacidad organizativa. Sin embargo, es determinante en el éxito de una empresa o institución.
De hecho, ya hace más de una década, el departamento interno de investigación y desarrollo de recursos humanos de Google, PiLab, lanzó el Proyecto Oxígeno, un estudio que tenía como objetivo descubrir qué es lo que hace a un buen líder. Luego de analizar un sinfín de entrevistas,
encuestas y observaciones, el equipo llegó a una conclusión: para ser un gran líder, necesitas ser un buen comunicador. Solo quien maneja apropiadamente la comunicación es capaz de movilizar de forma genuina a las personas y hacer suyos su propósito y objetivos.
La comunicación permite que el líder sea capaz de inspirar y compartir su visión estratégica, generar confianza en el equipo y facilitar que el feedback sea recíproco y oportuno para la toma de decisiones.
Ahora bien, ¿por dónde empezamos a mejorar la habilidad de los líderes para conectar con sus distintos stakeholders?
- Escucha: los individuos deben sentirse valorados y comprendidos cuando interactúan contigo. De esta forma, lograrás un entorno interno y externo más colaborativo, y un equipo más cohesionado, productivo y comprometido con el propósito y los objetivos de la empresa.
- Sé transparente: como líder, debes ser directo y honesto con tus aliados y las personas a las que estás guiando; comunicar de forma abierta las tomas de decisiones, con lo que funciona y también con lo que no; reconocer los errores cometidos y las vulnerabilidades; y estar dispuesto a aprender en todo el proceso.
- Sé claro y breve: tus conversaciones deben ser claras y concisas, y contribuir al común entendimiento, al despejar las inquietudes del equipo y de los demás stakeholders de la organización.
- Aprende a adaptarte: es importante tener un plan definido sobre qué, cómo y cuándo comunicar, pero también debes tener la capacidad de hacer cambios si te das cuenta de que el contexto es desfavorable o de que no estás teniendo la respuesta esperada.
- Sé empático: ponerte en el lugar del otro para realmente entender sus intereses, preocupaciones y motivaciones te permitirá conectar con tu equipo y aliados, y conseguir puntos de encuentro para consolidar relaciones más auténticas y enriquecedoras.
Por último, es importante enfatizar que las habilidades de comunicación son un músculo que se fortalece con determinación, preparación y mucha práctica. Algunos líderes no comunican porque no se sienten preparados para hacerlo o porque lo consideran innecesario, lo cual es un
gran error, porque todo comunica. Incluso cuando creemos que no lo estamos haciendo, el silencio es un mensaje poderoso, y no siempre el más apropiado.
De modo que pregúntese qué quiere lograr, desarrolle una estrategia para comunicarlo y avance. Siempre habrá espacio para mejorar y aprender.
Carolina Palacios.
Presidenta de BCW Sudamérica.