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Artículo

Frente a un contexto incierto para el mundo empresarial: GESTIÓN INTEGRAL DE RIESGOS EN UN ENTORNO BANI

En el presente artículo, la autora reflexiona sobre los entornos frágiles e inciertos en el que operan diversas empresas en la actualidad, destaca un nuevo concepto denominado BANI, el cual incorpora rasgos preeminentes de dicho entorno que influyen marcadamente en el desempeño empresarial y que demandan respuestas y acciones retadoras como parte de la gestión integral de riesgos.

El entorno es el conjunto de características, circunstancias o factores sociales, culturales, morales, económicos, profesionales, entre otros, que rodean a toda persona, colectividad o época, y que influye en su estado o desarrollo actual y futuro.

¿Qué es lo que caracteriza el entorno en el que operan las empresas? Actualmente, las organizaciones en general se desarrollan en entornos frágiles, ansiosos, no lineales y muchas veces incomprensibles. Estas características hicieron que, dentro de la evolución de las teorías o modelos administrativos, se desarrolle un concepto denominado BANI, que son las siglas en inglés de: Brittle, Anxious, Nonlinear, e Incomprehensible, que demandan respuestas y acciones igualmente retadoras del mundo empresarial.

Aspectos del entorno BANI

Las organizaciones operan en entornos quebradizos/frágiles (Brittle) y el ambiente que hoy nos parece fuerte y sólido, mañana podría no serlo y pasado mañana, menos aún, volviéndose de esta manera débil y endeble. Tal es nuestro caso que, como consecuencia de los efectos climáticos (lluvias, huaicos, derrumbes), las empresas de transporte terrestre que antes operaban normalmente, hoy ya no lo hagan, dificultándose el retorno paulatino.

La incertidumbre es algo característico de nuestros tiempos y lo que más produce es ansiedad (Anxious), lo cual afecta a todo el sistema social y empresarial en su conjunto. Desde un punto de vista de psicología clínica, la ansiedad produce en el ser humano preocupaciones y miedos intensos. Si estos efectos los extrapolamos a una organización, lo que obtendremos será una paralización o inmovilización operacional que podría ser catastrófica si, por ejemplo, dada la situación social y climática que tenemos actualmente, nos paralizamos para tomar decisiones sobre la adquisición o no de inventarios.

Generalmente, el contexto o la ruta que sigue una empresa es no lineal (Nonlinear), es decir, un camino no recto o secuencial donde no se tiene certeza de cuál es el siguiente posible evento que va a suceder, donde la brecha de causa-efecto es cada vez más amplia, lo cual multiplica los eventos negativos (riesgos) que pueden materializarse y muchos de los cuales no están en nuestro radar; ergo, no estamos preparados para reaccionar en consecuencia. Siguiendo con el ejemplo anterior, ¿será que podremos distribuir nuestra mercadería inmediatamente después de recepcionarla? ¿Qué nivel de afectación tendría su disponibilidad?Las tres características antes mencionadas nos llevan a reflexionar que los eventos que se presentan son de tal naturaleza que muchas veces se vuelven incomprensibles (Incomprehensible) porque nos colocan fuera de nuestra natural zona de confort, donde nos tendremos que mover en función de señales ambiguas, contradictorias o, en el mejor de los casos, poco claras. En este punto es donde se empieza a tomar conciencia y relevancia de la necesidad de contar con un sistema formal que nos permita identificar clara y oportunamente los riesgos críticos que pueden afectar el cumplimiento de nuestros objetivos estratégicos y tener la oportunidad de diseñar con antelación los planes de acción acorde con las circunstancias de nuestra industria y organización.

Aplicación en la gestión de riesgos

Este concepto de entorno BANI, relativamente nuevo y que se refuerza a consecuencia de la pandemia, la cual no solamente aceleró la maduración del mundo digital, sino que también de otras áreas del conocimiento humano, desplaza al concepto VUCA (Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos – 1990), acrónimo por sus siglas en inglés: Volatility, Uncertainty, Complexity, y Ambiguity.

Las cadenas de suministro globales de hoy día son casos de estudio muy serios. Las empresas pueden tener cientos o miles de proveedores, según su industria, los cuales están expuestos a peligros climáticos como inundaciones, lluvias extremas, vientos extremos, alta calor, granizo y tormentas eléctricas, sequías, incendios forestales, etc.; sin considerar los impactos de otros aspectos de igual o mayor relevancia como los conflictos geopolíticos y volatilidad financiera internacional.

El Reporte de Riesgo Global 2022 del World Economic Forum muestra que los líderes empresariales globales consideran que el “clima extremo” será el riesgo más probable de convertirse en una amenaza global crítica en los próximos dos años; sin embargo, solo aproximadamente el 40% de los CEO dijeron haber tomado en cuenta al cambio climático dentro de sus estrategias de gestión de riesgo (Strategy + Business, una publicación de PwC).

De lo mencionado anteriormente, podemos inferir que un porcentaje muy alto de CEO aún no considera la gran amenaza que puede convertirse el riesgo del cambio climático, por lo que este asunto debe convertirse en un punto muy crítico para tener en cuenta en la estrategia de una gestión integral de riesgos.

“Más vale prevenir que curar” (refrán popular).

Nancy Yong

Socia de la Línea de Advisory PwC Perú