En el presente artículo, la autora destaca las bondades de la economía circular como marco para la aplicación de estrategias empresariales enfocadas en la sostenibilidad, considerando en particular las brechas que se advierten a partir del análisis de la información provista en el Reporte de Sostenibilidad Corporativa de la SMV por las empresas cotizadas en el mercado de valores peruano.
Adoptar prácticas de economía circular en las empresas que cotizan en bolsa es una tendencia que refleja una transformación en la forma de hacer negocios. Dicha economía se basa en principios de sostenibilidad que buscan minimizar el desperdicio, reutilizar recursos y crear sistemas regenerativos que imiten los ciclos naturales. Esto se traduce en la implementación de estrategias que prolongan la vida útil de los productos, reducen el consumo de materias primas y promueven la innovación en los modelos de negocio. (1)
Para dichas empresas, incorporar estas prácticas no solo tiene un impacto medioambiental positivo, sino también mejora su competitividad y reputación en un mercado más consciente de los desafíos ambientales. Los inversionistas y stakeholders están prestando atención a los criterios ESG, haciendo que las prácticas sostenibles sean un factor clave para la valoración de una empresa en el mercado financiero. (2)
La economía circular ofrece oportunidades para reducir los costos operativos a largo plazo, mediante una mayor eficiencia en el uso de recursos y una gestión más eficaz de los residuos. (3) También puede abrir nuevas fuentes de ingresos mediante la creación de productos y servicios innovadores basados en la reutilización y el reciclaje. (4)
Reporte de Sostenibilidad Corporativa
El Reporte de Sostenibilidad Corporativa de la SMV considera 26 preguntas que abarcan tres rubros: medio ambiente y cambio climático; social; e información complementaria. Nos centraremos en los resultados de las 12 preguntas sobre el primer rubro. Algunos datos interesantes que se desprenden de las respuestas de 174 emisores son los siguientes:
- El menor avance se verifica en la medición de las huellas hídricas de las sociedades, con 14.4% (Pregunta 6).
- De las 120 empresas que divulgaron tener una política ambiental o un sistema de gestión con compromisos ambientales, 50 afirman que dicha política o sistema de gestión fue aprobado por su directorio; además, cuentan con un informe de evaluación anual de los resultados de su política ambiental y que ha sido puesto de conocimiento del directorio.
- De las 37 empresas que indican contar con una certificación internacional sobre sostenibilidad corporativa, 12 precisan tener certificaciones ISO relacionadas con la gestión del medio ambiente (certificación ISO 14001) y siete integran el índice S&P/BVL Perú General ESG.
El análisis de la SMV establece que solo un 49.4% ha implementado acciones concretas de sostenibilidad ante el cambio climático, frente a un 50.6% que se encontraría “por implementarlas”. Además, las prácticas con menor avance son: medición de la huella hídrica (14.4%); certificaciones internacionales en materia de sostenibilidad (21.3%); y contar con objetivos o metas para reducir el consumo de agua. En ningún caso, las respuestas sobrepasan el 50% de acciones implementadas; más aun, en el período 2020-2023, dicho porcentaje no se ha incrementado.
Entonces, si el 69% declara contar con una política ambiental o un sistema de gestión, ¿cómo es que solo un 46% mide sus emisiones de efecto invernadero, 14.4% mide su huella hídrica, y 27.6% tiene objetivos o metas para reducir el consumo de agua? Así, encontramos una contradicción entre los buenos deseos y las acciones implementadas. Una situación similar ocurre en las preguntas del reporte de gobierno corporativo, donde algunas empresas responden que cuentan con una política de información, pero no tienen un área o persona encargada de brindar la información a sus accionistas o inversionista interesados. ¿Qué es lo que se regula en dicha política si no hay un encargado de brindarla?
Lo anterior evidencia una brecha a cubrir. La integración de la economía circular en estrategias empresariales de empresas listadas no solo responde a la demanda de sostenibilidad por parte de consumidores e inversionistas, sino también es una vía para asegurar la rentabilidad a largo plazo en un entorno económico y ambiental volátil.
(1) Ellen MacArthur Foundation (2013). Towards the Circular Economy: Economic and Business Rationale for an Accelerated Transition.
(2) McKinsey & Company (2020). Valuing Sustainability: The Business Case for ESG.
(3) Ghisellini, P., Cialani, C., y Ulgiati, S. (2016) ”A review on circular economy: the expected transition to a balanced interplay of environmental and economic systems”, Journal of Cleaner Production, 114, 11-32.
(4) Stahel, W. R. (2016). “The Circular Economy”, Nature, 531(7595), 435-438.
Mariella Del Barco
Asociada de WomenCEO Perú y Miembro de la Plataforma de Directores Perú