En el presente artículo, la autora comenta sobre la importancia de aplicar los principios de inversión responsable para atraer capitales a los proyectos inmobiliarios, lo que supone implementar factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) en la industria inmobiliaria, sosteniendo que su estricta observancia beneficiará simultáneamente al público inversionista y al desarrollo sostenible de la sociedad.
Cuando se administran inversiones inmobiliarias, los beneficiarios demandan mucha transparencia respecto a cómo se está invirtiendo su dinero, de modo que se les asegure una gestión responsable de su capital. Para ello, es importante mantener buenas prácticas de inversión responsable como las del PRI (2021) de las Naciones Unidas, con criterios ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (ASG).
Criterios ASG en la industria inmobiliaria Un buen gobierno corporativo sólidamente establecido demanda principios con base ética en los negocios; capacidad de resiliencia para adaptarse a los cambios y buscar oportunidades de acción para generar buenos resultados; una buena gestión de riesgos, del entorno regulatorio y de los activos producto de la inversión; y, especialmente, una sólida transparencia a través de reportes que reflejen el retorno sobre la inversión y el estatus de los proyectos.
Por su parte, las buenas prácticas de responsabilidad social en las inversiones inmobiliarias demandan dotar de calidad y seguridad a las propiedades, cuidar el impacto en la comunidad, y resguardar la salud y seguridad de los involucrados cuando se efectúan las construcciones. Asimismo, implica proteger los datos de los clientes que confían su información, contar con el compromiso de los empleados alineados con los objetivos de la firma, realizar buenas prácticas laborales, satisfacer a clientes y empleados sobre la base de los derechos humanos, así como velar por su seguridad y salud.
Cuando hablamos de asegurar la calidad de la propiedad es importante contar con expertos externos que no sean juez y parte a la vez. Así, estos deberán asegurar –desde la fase de planeación y desarrollo– la incorporación de estándares de calidad de la construcción en el diseño de los proyectos. Para la seguridad, es necesario contar con supervisores de la construcción externa y consultores en materia de seguridad. Respecto a la relación con la comunidad, es importante contar con la aprobación de los vecinos y cumplir con la regulación sobre horarios, tráfico y ruidos molestos. Los datos de todos los stakeholders durante el proyecto deben estar salvaguardados con altos estándares de seguridad, que deberán estar almacenados preferentemente en la nube.
Los criterios medioambientales en el rubro inmobiliario demandan certificaciones para las propiedades, tales como el bono verde, EDGE o LEED. El manejo eficiente y responsable de la energía, buscando la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero, así como la debida diligencia en el manejo de desechos y del agua durante las construcciones, también son fundamentales. Todo ello requiere medir, monitorear y reportar –en todas las etapas del ciclo de vida del proyecto– el consumo de energía, agua y emisiones.
Así, debe asegurarse buenos hábitos de consumo, mantenimiento y procesos constructivos; maquinarias con bajas emisiones de carbono, uso de fuentes de energía renovable, arborización de espacios públicos, cercanía a sistemas de transporte y promoción de ciudad compacta, soluciones basadas en la naturaleza, sistemas de eficiencia energética que reduzcan el consumo de energía, y sistemas de electrificación que garanticen el iminar progresivamente los combustibles fósiles.
La inversión responsable –aunque no lo parezca– es más una estrategia financiera que une las oportunidades y riesgos económicos. Esto permite entender que invertir de manera responsable se materializa en resultados tangibles que puedan disminuir los riesgos e incrementar los rendimientos. Así, las buenas prácticas, evidenciadas mediante la gestión responsable y efectiva, fomentan el crecimiento de la confianza. Todo ello influye en una mayor demanda de proyectos que no solo aseguran al inversionista el incremento del valor de su inversión a largo plazo, sino también el desarrollo de una sociedad más sostenible y próspera para las siguientes generaciones, alcanzando así un mundo mejor para todos.
Finalmente, es importante para el crecimiento del país lograr que los mercados de capitales sean más sostenibles, demandando hoy más que nunca de mayores estándares de transparencia, integridad y buen gobierno corporativo, a fin de impactar positivamente en el medio ambiente y la sociedad.
Rocío Portugal.
Directora Financiera Grupo Inmobiliario Arquimia y Directora de WomenCeo Perú.