En el presente artículo, la autora reseña los alcances de dos nuevos estándares internacionales de divulgación en materia de sostenibilidad, contenidos en las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) S1 y S2; así como destaca los beneficios, los cambios que conllevarán en las empresas dichas normas internacionales y los retos para su aplicación.
Resulta evidente la inquietud de la sociedad respecto a la sostenibilidad. En esta línea, las empresas han venido adecuando sus acciones a un marco estratégico alineado con la gestión de buen gobierno, social y ambiental (ESG por sus siglas en inglés). Este enfoque ha captado el interés de los inversionistas, dando como resultado un aumento de la demanda de información transparente, completa y verificable sobre la gestión ESG de las empresas.
En respuesta a esta demanda, el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB por sus siglas en inglés) publicó el 26 de junio de 2023 dos normas de divulgación de información que representan un hito importante en la era de la información, ya que asocian la sostenibilidad con los mercados de capitales: NIIF S1, que establece requisitos generales para divulgar información sobre sostenibilidad, y NIIF S2, centrada en divulgar información sobre el clima.
Importancia de las normas internacionales
Las NIIF S1 y S2 son normas internacionales para la presentación de información financiera buscando promover la transparencia, calidad y comparabilidad de la información relacionada con la sostenibilidad y el cambio climático. Mientras la NIIF S1 busca que las organizaciones otorguen información sobre riesgos y oportunidades asociados a la sostenibilidad para la toma de decisiones financieras; la NIIF S2 se relaciona con riesgos y oportunidades asociados al clima que puedan afectar aspectos como el acceso a financiamiento o el flujo de efectivo.
Ambas normas tienen múltiples ventajas, las cuales se engloban en dos aspectos principales: por un lado, promueven la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente mediante un marco integral, global y financiero; y por otro lado, favorecen la comprensión de la información presentada por el área financiera, promoviendo mayor entendimiento y vinculación entre la sostenibilidad y las finanzas en las empresas.
Por otro lado, la estructura de las NIIF S1 y S2 se basa en cuatro pilares importantes: gobernanza, estrategia, gestión de riesgo, y métricas y objetivos (pilares TCFD), que permiten comprender cómo la empresa incorpora cuestiones estratégicas, gestiona los riesgos y presenta datos concretos. Así, cuando una empresa adopta una estrategia de sostenibilidad, crea una estrategia de valor que impacta en temas de inversión, financiamiento, adquisición, planeamiento, aspectos legales e, incluso, los procesos productivos.
Si bien es cierto que inculcar una nueva cultura organizacional representa un desafío para las empresas, a ello se suma la recolección de información no financiera para preparar el reporte financiero. En consecuencia, las empresas tienen el reto de redefinir sus procesos y acciones de control, con el objetivo de brindar a futuros inversionistas un documento con datos fidedignos y sin errores materiales.
Ambas normas permitirán que las empresas apliquen procesos coherentes en el tiempo y con rigurosidad en todas las unidades de negocio. Además, favorecerán el establecimiento de líneas de acción medibles, alcanzables, específicas y relevantes para abordar riesgos y oportunidades asociadas al desarrollo sostenible. La información que definan incluir, deberá ser material (importante para los inversionistas), completa, equilibrada, trazable, comparable (periodos anteriores), oportuna, clara y concisa.
Consideraciones finales
Gracias a estas nuevas normas, las empresas podrán demostrar su contribución tangible a la sostenibilidad revelar transparencia en la rendición de cuentas, brindar una visión más completa del negocio y, en base a la información presentada, identificar y gestionar los riesgos y oportunidades.
Es recomendable que las instituciones realicen un diagnóstico del estado de la empresa en materia de ESG que debe considerar para la correcta implementación de estas normas de sostenibilidad y que debe determinar cuáles serían los principales impactos en sus reportes financieros.
Finalmente, es evidente que la sostenibilidad es el punto en el que confluyen los intereses de la empresa y de los inversionistas. Así, el futuro de los negocios está enmarcado en la sostenibilidad y, conforme las empresas asimilen los criterios descritos y se orienten hacia esta dirección, obtendrán mejores resultados y estarán mejor preparados para operar en el panorama actual.
Astrid Mayen
Asociada de WomenCEO Perú y Miembro de la Plataforma de Directores Perú